Flash desparece de nuestras vidas
El año 2020 está con nosotros en menos que cante un gallo, y resulta que viene con una sorpresa más que esperada. Adobe va a hacer desaparecer Flash.
Muchos son los años que esta noticia se lleva esperando, debido a diversos motivos que han hecho de Flash un producto antiguo, que muere por no saber adaptarse a los nuevos tiempos. Cuando decimos que las empresas deben adaptarse para no dejarse morir, como puedes ver, llevamos la razón.
Flash fue un fenómeno en los años 90, que revolucionó el mundo digital. Sin embargo, aun naciendo en la era de la digitalización y formando parte de ella lo han adelantado por la derecha sin apenas darse cuenta. O quizás no querían darse cuenta, porque por todos es conocido el crecimiento y auge de nuevos competidores en el sector como HTML5, WebGL o WebAssembly, GNU Gnash, Swfdec, Lightspark y hasta Silverlight.
Ese ha sido uno de los problemas fundamentales, pero está claro que si Flash hubiera funcionado bien no se le hubieran impuesto por encima otros desarrolladores. La plataforma consume demasiados recursos del sistema, lo más conocido el elevado uso de la memoria RAM, pero también la batería en el caso de tabletas y portátiles.
Adobe y la comunidad de usuarios han ido solucionando los problemas que iban surgiendo, pero a base de parches, y mientras Adobe invertía tiempo en solucionar errores otros se reinventaban por completo y creaban nuevas alternativas mucho más útiles y prácticas.
La mayor pega de Flash ha sido su seguridad. Así ha sido catalogado por muchos expertos; “Flash es un coladero de malware”. El reciente ataque a la compañía Hacking Team ha revelado que Flash permite ejecutar ataques, en este caso de tipo Zero Day. Mozilla y facebook han tenido paciencia, pero finalmente han tomado medidas como el bloqueo de Flash, hasta que finalmente se ha visto avocado a desaparecer.
La conclusión de esta historia y su penoso final es la que día tras día, desde agencias de comunicación y publicidad, advertimos en nuestros programas de digitalización. La vida de una empresa depende de la adaptación al nuevo mundo, “digitalizarse o morir”.
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